19.4.13

Todo es y nada lo parece

El día se ha vuelto tan largo y extenso, que ni las horas me alcanzan para dejar de estar contigo. Es tiempo de saberme, de reconocerme y de destapar la realidad verdadera que está delante de mi. 

Ese tú en el que creo, al que me dirijo, eres yo. Eres mi esencia verdadera. Eres quien me hace estar en este aquí y ahora, en esta realidad real. 

Tú eres quien me permite sentir que la vida, tiene un sentido. El que le quiera dar, el que quiera creer, en el que quiera estar. Ese el camino por el que transito, el que me dictas, el que brota de ti, de la única manera posible en la que sé estoy acertada. 

El sendero del Amor se camina en solitario, rodeado. Es un camino de entrega con la única esperanza de compartir, sin ánimo de recibir.

Algunas veces, el miedo como seres en la tierra se apodera de nosotros y, eso hace que nos bloqueemos,  pues de este modo, estamos permitiendo detenernos en es momento que estamos viviendo y lo hacemos congelar para que se pare, hacemos que no hacemos. Nos dejamos llevar por ese sentimiento que asustándonos por quienes somos, por reconocernos, por creer que no somos...

Tu y yo estamos en el mismo camino, formamos parte de ese océano inmenso que es el Universo, somos como las gotas que forman los mares, que en otro lugar son ríos, o en otro un vaso de agua... Todos, unos con otros, somos necesarios y nos necesitamos, porque unos sin otros no seríamos nada, la existencia conjunta forma parte de la realidad en la que estamos, seamos de un lugar u otro, pensemos de una manera u otras, hombres, mujeres, seres vivos de los que vemos o de los que nunca hemos visto... todos y cada uno de los seres que habitamos somos complemento y parte del todo.

Dejemos de dañarnos y de dañar al otro pues todo, es recíproco. Lo que haces te harás. Recibes lo que de un modo u otro has hecho o has participado en que así sea. De un modo consciente o no, todos tenemos que ver en lo que está ocurriendo,

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